¿Tienes una marca blanca o una marca personal?

Olvídate de la marca personal por un momento. Imagina que hoy tienes que ir a hacer la compra por primera vez en tu vida y que te toca darte una buena vuelta por uno (o varios) supermercados para buscar todos esos productos de la clásica lista que hacemos en un post-it.

Llegas al supermercado en cuestión, entras y lo que vas a encontrar son miles de productos, entre los cuales compiten decenas de ellos para satisfacer la misma necesidad. Incluso para algo tan básico como el agua, un detergente o el pan verás que hay varias opciones y que cada una te ofrece cosas distintas.

¿Cómo elegimos los productos?

Tenemos que hacer nuestra compra, pero realmente no sabemos ni siquiera el detergente que vamos a elegir porque no tenemos mucha información previa de cada una de las marcas que hay. En este momento, lo que se hace normalmente es una de estas tres cosas:

  1. A) Compro la opción más barata porque voy buscando el mejor precio
  2. B) Compro la que he visto anunciada o la que me han recomendado anteriormente porque “me suena”
  3. C) Pido referencias a alguien o busco con mi fantástico teléfono móvil información sobre cada marca

En general, elegimos lo más barato si nos da igual, lo que nos suena porque nos da confianza, aquello de lo que encontramos mejores referencias en Internet o eso que nos recomendó un conocido nuestro hace unos días.

Tipos de marcas: marcas blancas y marcas comerciales

Normalmente, ese producto barato es aquel de marca blanca y el resto son todos de marcas comerciales. Las primeras tan solo destacan por ser un producto barato y con cierta relación calidad-precio y el resto compiten unas con otras a partir de sus distintas proposiciones de valor.

Por ejemplo, si queremos comprar un detergente nos encontraremos con que uno dirá que es el que te deja la ropa más blanca, otro que es el más ecológico, otro que dice que deja el mejor olor y siempre hay uno que dice que saca hasta las manchas más difíciles.

En definitiva, cada uno de estos productos se centra en proponer un beneficio a cualquiera que quiere comprarlos y se diferencian del resto de esta manera. Sin embargo, los productos de marca blanca tan solo están ahí, no se promocionan de ninguna manera y son atractivos por su precio más que por cualquier otra cosa, aunque eso no quiera decir que son malos productos.

¿Qué tipo de marca eres tú?

Sustituye el supermercado por el mercado laboral. Cambia el detergente por tu profesión. Y ahora dime, ¿qué tipo de marca eres?

¿Eres alguien que no se diferencia en nada del resto de personas que ejercen tu profesión? ¿Te posicionas como alguien que hace el trabajo “al precio más bajo”? Eres marca blanca y tengo una noticia para ti: tarde o temprano vendrá alguien a quitarte tu puesto.

Si haces algo porque eres el más barato, siempre vendrá alguien a hacerlo más barato que tú. Es una ley de mercado y es casi imposible mantenerse en esta posición durante un largo periodo de tiempo, además de que si quieres posicionarte de otra manera posteriormente te va a costar muchísimo trabajo.

En cambio, si te has posicionado como un profesional diferente, llevas tiempo aportando contenido a tu comunidad, has sabido moverte y colaborar con otras personas, ayudas al resto y eres reconocido por muchos lo que tienes es una marca personal. Y aquí es mucho más difícil que alguien te quite tu puesto (aunque no es imposible).

En definitiva, queremos que cuando alguien busque información sobre algo, un producto o un servicio nos elija a nosotros por ser una opción que encaja con las opciones B y C del anterior ejemplo.

¿Trabajar tu marca personal es sinónimo de éxito?

No. Por mucho que te dediques a trabajar tu marca personal, si no tienes nada diferente que ofrecer al resto no vas a conseguir resaltar. Por ejemplo, si te quieres posicionar en el saturado sector del community management, ya puedes ir preparando contenido diferencial para salir de la mediocridad que existe o tu marca personal te servirá de más bien poco.

Aun así, piensa que Internet ya está repleto de marcas blancas. Simplemente piensa cuantos blogs de marketing online existen hoy en día… ¿cientos? ¿Miles? Ni idea, pero los que tienen éxito y sobresalen no son tantos, ni mucho menos, y la mayoría tienen una marca personal establecida.

Para comprobar esto, voy a poner aquí los nombres de varios blogs que quedaron entre los 10 primeros puestos del Bitácoras:

  • Luis Villanueva (6)
  • Vilma Nuñez (5)
  • Tristan Elosegui (3)
  • José Facchin (2)

Sí, los cuatro son nombres, tal cual, y todos están asociados a una marca personal más que trabajada. Si quieres saber sobre SEO ahí está Luis Villanueva, si piensas en recursos de marketing online, buscas a Vilma Nuñez, si quieres saber más sobre analítica y redes sociales tienes a Tristan Elosegui y si quieres aprender a trabajar Pinterest el elegido es José Facchin.

Cada nombre está directamente asociado a un concepto. No está asociado a 12, no, cada blog y cada persona son conocidos por algo que los diferencia del resto. Por ejemplo, Vilma Nuñez también tiene contenido y material sobre Pinterest, pero estoy seguro de que si a cualquiera que esté un poco puesto en este mundillo le preguntas por alguien para ayudarte en esa red social dirá José Facchin. ¿Por qué? Porque él es la persona que se ha especializado con éxito en ese sector.

Consejos para empezar a trabajar tu marca personal

¿Te he convencido de que la marca personal es importante? Como estoy convencido de que sí, vamos a terminar este post con varios consejos que creo que te pueden ayudar a dejar de ser una marca blanca.

1. Haz un DAFO de ti mismo

Siempre me gustó esta herramienta más para analizar personas que para analizar empresas. Un DAFO no es más que una tabla donde puedes enfrentar tus debilidades y amenazas contra tus fortalezas y oportunidades.

Haciéndola conseguirás saber en qué puedes destacar en qué debes mejorar y todo lo que puede ocurrir en un futuro relacionado con tu marca. Si no te conoces a ti mismo, apaga y vámonos porque estarás construyendo todo sin una base sólida.

2. Especialízate

Dicen que el que mucho abarca poco aprieta y no se suele equivocar este refrán. No intentes dominar cada rincón de tu temática, porque no vas a poder y vas a dar una mala impresión.

Como dice Neil Patel, todo lo que sabes debe tener la forma de una T. ¿Y con esto que quiero decir? Pues que debes saber algo de muchísimas cosas relacionadas con tu especialidad (la barra vertical de la T), pero debes ser un maestro de una de ellas (la barra horizontal de la T).

3. Crea un blog

Yo defiendo que la mejor manera de “plantar” tu marca personal y empezar a verla crecer es a través de un blog. Es una especie de tarjeta de visita o base de operaciones desde la cual vas a realizar todas tus posteriores actividades.

La profesionalidad, cercanía y confianza que da el compartir tus conocimientos, inquietudes y abrirte a cualquier persona que pueda pasar por tu blog puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Por ejemplo, ¿creéis que yo estaría aquí escribiendo ahora mismo si no hubiera creado mi blog? Lo dudo mucho, porque ese blog es el que me valida y me hace ser una persona en la que se puede confiar para escribir un post aquí.

4. Haz networking

Considera que cada relación que establezcas con otra persona es una puerta abierta hacia cualquier tipo de colaboración. Desde un contacto que te pueden dar, pasando por un post de invitado como este hasta incluso llegar a establecer una relación laboral.

Yo he conseguido clientes a través de recomendaciones, de hecho la mayoría me llegan así. Un conocido mío tiene un cliente que busca un copywriter, él me recomienda y posteriormente viene a mí. Dudo que haya una manera mejor de “venderte”, por lo que no nunca dejes de relacionarte con nuevas personas.

5. Relájate

No te obsesiones, no te impacientes y no te creas que Roma se construyó en un día. Aunque hoy digas “si, voy a crearme mi marca personal y me voy a posicionar como el experto Nº 1” las probabilidades de que lo consigas son pequeñas. Y de que lo consigas en poco tiempo directamente son casi inexistentes.

El recorrido de una persona da confianza y genera prestigio, por lo que en el personal branding la variable tiempo es algo que va de la mano y debe ser respetada para no intentar apresurarnos o querer correr antes de andar.

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